Desarrollo a escala humana y de la naturaleza, de Jürgen Schuldt, plantea una nueva estrategia de producción y consumo que responda a las necesidades fundamentales de las personas y, por consiguiente, signifique un decrecimiento del uso de los recursos naturales y la energía para preservar el planeta.
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En el libro Desarrollo a escala humana y de la naturaleza, el autor plantea la necesidad de entrar en una nueva etapa de desarrollo, en la que la producción y el consumo partan de una relación renovada con el medioambiente, los recursos naturales y el bienestar humano. ¿No es acaso lo que, además de los temas de salud, se debate actualmente en torno a lo que se denomina «nueva normalidad»? El recurrir a diversos aportes de economistas y científicos heterodoxos le ha permitido a Schuldt reflexionar sobre estos asuntos de manera anticipada.
Para Schuldt —profesor emérito de la Universidad del Pacífico—, el punto de partida es replantear cuáles son las necesidades del ser humano y desde esa nueva concepción «diseñar concertadamente un enfoque teórico y de políticas al servicio del progreso humano y de las naciones».
Según la teoría económica convencional, las necesidades son infinitas, relativas y cambiantes; sin embargo, luego derevisar los planteamientos de la «economía de la felicidad» y la «psicoeconomía», sobre todo los de Manfred Max Neef, el autor demuestra que las necesidades son «pocas, finitas y clasificables». El error conceptual de la corriente ortodoxa —afirma Schuldt— ha sido confundirlas con los «satisfactores», que son los que contribuyen a realizar las «necesidades»; por lo tanto, son infinitos y varían permanentemente.
Por si fuera poco, el autor da cuenta de que los «satisfactores» pueden deteriorar el bienestar, la felicidad y la calidad de vida, salvo un grupo de ellos: los «satisfactores sinérgicos», aquellos que son capaces de cubrir a la vez necesidades de ocio, afecto, entendimiento, solidaridad y participación, como la educación, las organizaciones populares, la medicina preventiva, entre otros. Es decir, las necesidades axiológicas y existenciales son las fundamentales para el desarrollo de las personas.
En esa reflexión, el autor enlaza los aportes de Amartya Sen, específicamente los referidos a la calidad de vida, la cual se explica por las distintas actividades que el ser humano valora hacer o ser, y su libertad para combinarlas. En otras palabras, el bienestar de las personas depende de sus «realizaciones» y «capacidades», mas no de la posesión de bienes y servicios.
En estos conceptos, Schuldt encuentra la explicación de un fenómeno global: «la insatisfacción creciente de las familias en sociedades de la abundancia». Según su análisis, la economía capitalista de mercado incentiva altos niveles de producción y consumo que depredan el medioambiente y sobreexplotan los recursos naturales, pese a que ni siquiera este exceso genera un bienestar subjetivo en las personas. Por ello, plantea encaminarnos hacia un desarrollo a escala humana y de la naturaleza —como manda el título del libro—, que en buena cuenta significa virar hacia el «objetivo original de la ciencia económica: la búsqueda de la felicidad».
Por supuesto, un cambio de esta magnitud implica renunciar a esa «adicción del crecimiento» actual que —como se explica en el libro— es contraproducente con el medioambiente, la biodiversidad y el desarrollo integral del ser humano. ¿Y cuál es el modelo o estrategia por seguir? El autor reflexiona en torno a las ideas de John Stuart Mill, Herman Daly y Georgescu-Roegen, entre otros científicos, sobre lo que sería una posibilidad: la transición hacia un «Estado estacionario» o de «decrecimiento». Aclara que ello no implica dejar de producir y consumir, sino producir y consumir de otro modo, acorde con las necesidades fundamentales del ser humano, y disminuyendo el uso de recursos naturales y la contaminación ambiental.
Si en Civilización del desperdicio. Psicoeconomía del consumidor, Schuldt se centró en explicar las paradojas en torno al comportamiento del consumidor, el libro Desarrollo a escala humana y de la naturaleza es un complemento teórico y práctico para darle una visión de largo plazo a esa nueva perspectiva de análisis sobre el consumo, la producción y el desperdicio, alejado de las convencionalidades.
Hoy que palpamos tantas necesidades insatisfechas en medio de la crisis sanitaria y vemos el florecimiento de la naturaleza en pleno aislamiento como un mensaje de fragilidad ante la presencia humana, leer este libro —en realidad, ambos— significa adentrarnos a una reflexión profunda sobre lo que podemos y debemos hacer en esta «nueva normalidad», en la que las personas y la naturaleza deben volver a ser el centro de todo.
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1 Comentario
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Las obras y reflexiones grandes trascienden y Jurgen Schuldt es un digno representante de las corrientes latinoamericanas más progresistas junto con Max Neef y porque no decirlo, a nivel mundial junto con Amartya Sen, que nos dan luz y despiertan la creatividad, para afrontar esta crisis mundial, que no solo es económica, sino también ambiental, social, política y también del conocimiento, por ser «compleja» al decir de Morin, implica reflexionar con hondura; tal como lo hace Schuldt adentrándose incluso en niveles epistemológicos del conocimiento científico al citar a Kuhn y Lakatos evocando la necesidad de cambios de paradigmas, en su obra Psicomanía del consumidor. Pienso que Schuldt y Max Neef aportan muchísimo para comprender y afrontar la pandemia, como se toma al toro por las astas. Felicitaciones a la UP por promover ideas de cambio y progreso social, basado en las capacidades de las personas.