La nueva filantropía es de todos

La nueva filantropía es de todos
junio 8, 2020 Soledad Sevilla Mendoza

Podemos ser filántropos utilizando nuestros estudios y experiencias para lograr el bien común. En estos tiempos de crisis, las ganas de ayudar pueden convertirse en una filantropía sostenible, estratégica y eficiente.

 

Debemos borrar dos ideas de nuestra mente: la primera, que la filantropía es una práctica exclusiva de gente con muchos recursos y grandes empresas, y la segunda, que solo implica donar dinero. En realidad, todos podemos y debemos ser filántropos porque hay distintas formas de serlo para construir un Perú mejor: donando recursos, experiencias, conocimientos, talento, o tiempo.

«La filantropía es el uso de bienes privados para generar bienes públicos, es decir, consiste en proveer salud, educación, servicios básicos y otros bienes públicos que el Gobierno no logra cubrir por completo», explica Vicente M. León, coautor con Matthew D. Bird del libro Hacia una nueva filantropía en el Perú. «Es una tarea que juntos podemos asumir, el único requisito para hacer filantropía es que nos importe el bien común de la sociedad, el país, el mundo».

La generación X y, de manera especial, la generación Y son los principales impulsores de esta nueva filantropía. Los millennials están más involucrados en resolver problemas económicos, sociales y ambientales porque acceden a más información y son más conscientes del impacto que tienen sus acciones en su comunidad, país y planeta. Es una tendencia global que en el Perú es evidente, pero que necesita mayor impulso.

Una filantropía sostenible que trascienda la crisis

Antes la filantropía era asistencialista y emocional. Ahora hemos evolucionado a una filantropía eficiente y sostenible enfocada en compartir herramientas a los beneficiarios (personas, comunidades, instituciones públicas) para que ellos las multipliquen y las usen para un bien mayor. Es decir, como dice la frase popular, «enseñar a pescar antes que regalar pescado».

Por ejemplo, en tiempos de pandemia y crisis, la mayoría de nosotros siente el impulso de ayudar y lo hacemos dando dinero, víveres o siendo solidarios con los más vulnerables. Esa filantropía espontánea es válida, pero debe dar pie a «una filantropía estratégica, que trascienda la crisis actual y que su impacto sea duradero, sostenible y multiplicador», dice León.

Un llamado a fortalecer la filantropía en el país

El rol del filántropo es el mismo en tiempos de crisis y en tiempos de bonanza, porque su objetivo es mejorar la sociedad. Existen diversas organizaciones filantrópicas a través de las cuales podemos canalizar nuestra ayuda. Muchas de ellas usan el lenguaje y la agilidad de startups, y buscan medir y escalar su impacto.

El ecosistema filantrópico peruano es aún pequeño comparado con los países de la región, tal como se concluye en el libro Hacia el fortalecimiento de la filantropía institucional en América Latina, en el que también participan León y Bird.

Esa situación nos hace reflexionar sobre la necesidad de convertirnos en filántropos y ser agentes de cambio, sobre todo en un país como el Perú donde la filantropía atiende temas de primera necesidad que en otros contextos son responsabilidad exclusiva del Estado.

 

Texto basado en los siguientes libros:

León, Vicente M. y Bird, Matthew D. Hacia una nueva filantropía en el Perú. Lima: Universidad del Pacífico, 2018.

Gabriel Berger, Magdalena Aninat, Jaime Matute, María Carolina Suárez, María Alejandra Ronderos, Marian Olvera Ortega, Emanuel Johansen Campos, Matthew D. Bird, Vicente M. León y Rodrigo Villar. Hacia el fortalecimiento de la filantropía institucional en América Latina. Lima: Universidad del Pacífico, 2019.

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