La Universidad del Pacífico y su Centro de Investigación (CIUP) reúnen a su comunidad de investigadores en el libro “En búsqueda de un desarrollo integral. 20 ensayos en torno al Perú del Bicentenario” donde, desde un enfoque multidisciplinario, evalúan los logros conseguidos por el país y trazan rutas para alcanzar la tan ansiada promesa republicana.
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Más allá de un gran momento histórico, el Bicentenario es la ocasión para rendir cuentas sobre las promesas que el país se hizo a sí mismo hace 200 años. Una de ellas —la que congrega a todas las demás— la supo formular el historiador Jorge Basadre en 1945: la promesa republicana. Ella garantizaba una vida próspera para todos los peruanos, con un desarrollo integral surgido tanto del esfuerzo individual como del colectivo.
«Es decir, la promesa de vida peruana», sostienen Arlette Beltrán, Cynthia Sanborn y Gustavo Yamada, editores de En búsqueda de un desarrollo integral. 20 ensayos en torno al Perú del Bicentenario, libro que se ha construido alrededor de un par de preguntas básicas pero fundamentales: ¿nos hemos acercado al ideal republicano?, ¿qué nos falta para hacerlo? Con la intención de ofrecer algunas respuestas, más de 40 investigadores analizan diversas temáticas como la macroeconomía, el entorno internacional, la sostenibilidad ambiental, las políticas de desarrollo sectoriales, la institucionalidad política, entre otras.
Para los editores, la limitada capacidad del Estado para responder a las necesidades de la sociedad sigue siendo «el más notorio fracaso con el que llegamos al Bicentenario». Sin embargo, señalan que el mayor avance está relacionado con la estabilidad macroeconómica, un logro que ha sido fundamental para el crecimiento económico del país. No obstante, también se cuestionan: ¿por qué los avances y lecciones macroeconómicas no se han replicado en otras esferas del Estado?
El paradigma macroeconómico: ¿una paradoja?
Según el ensayo de Muñoz y Neyra, este «desencuentro entre el accionar del Estado en materia macroeconómica y la precariedad de su gestión en materias sectoriales y sociales» se debe, en gran medida, a la ausencia de partidos organizados que se encarguen de darle «forma y predictibilidad» a la política. Más bien ―aseguran las autoras― han primado el cortoplacismo y la falta de interés en una necesaria reforma integral del Estado (tanto a nivel político como administrativo), mientras que los años de bonanza económica permitieron que el statu quo de precariedad política se institucionalizara.
En otras palabras, el Estado ha obtenido recursos gracias a los avances macroeconómicos, pero no ha logrado trasladar esa prosperidad a los peruanos más necesitados del país. Por ejemplo, los editores señalan que aún está pendiente el enorme reto de garantizar una educación de calidad a todas las niñas, niños y jóvenes. En el ensayo de Díaz, Guadalupe y Yamada se evidencia que esta carencia afecta más a las poblaciones de bajos ingresos, zonas rurales y comunidades indígenas.
Sin embargo, en el mismo ensayo los autores destacan que ha habido mejoras en las últimas décadas. Resaltan, entre otras cosas, el incremento del número de años de educación y los niveles de acceso y conclusión de la educación básica obligatoria, a la que tanto niñas como niños están accediendo en similar proporción.
Aun así, Beltrán, Cruz Saco y Pérez observan que las mujeres tienen mayores dificultades para acceder al mercado laboral; y, cuando logran hacerlo, su remuneración es menor. Además, las autoras señalan que las adultas mayores tienen una menor seguridad económica debido a sus bajos niveles de cobertura de pensiones.
A pasos de gigante… asiático
En el libro también hay un esfuerzo por mirar hacia el futuro desde los retos actuales: los autores argumentan que el ascenso de China en la economía mundial, la agenda de sostenibilidad ambiental, la cuarta revolución industrial y los recientes procesos migratorios en el país ofrecen grandes oportunidades para el desarrollo integral del Perú. Así, advierten que, si bien la pandemia del COVID-19 ha obligado al Estado peruano a plegarse sobre sí mismo, esto no debería hacer que pierda de vista los procesos globales que la crisis ha acelerado. En ese sentido, Alarco y Castillo resaltan la importancia de que el Estado y la sociedad peruana no minimicen estas tendencias como lo han hecho usualmente, guiados por la inercia.
En su artículo sobre China, Santa Gadea sustenta que el gigante asiático se ha convertido en el principal exportador y la segunda economía mundial, dejando atrás el rol de «fábrica del mundo». Por tal motivo, la autora añade que la deslocalización de la producción y la Iniciativa de la Franja y la Ruta, que busca una mayor cooperación económica y política de China con los países de Latinoamérica y el Caribe, «deben ser elementos de análisis y seguimiento en nuestra estrategia de desarrollo».
Otro de los factores abordados esta vez tiene que ver con un país de nuestro continente: la crisis migratoria venezolana. Para Berganza y Freier, el Perú no está aprovechando plenamente esta ola de migración y advierten que la situación de exclusión de los venezolanos se ha deteriorado aún más por la pandemia.
Naturaleza y tecnología: las dos caras del futuro
Hoy los temas sociales y económicos están cada vez más alineados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, los cuales apuntan a una mejor relación entre la actividad humana y la naturaleza. En el libro se abordan estos objetivos en una sección de tres capítulos: un análisis fundamental para un país altamente vulnerable ante el cambio climático como el nuestro.
En esta línea, el ensayo de Merino y Delgado subraya la importancia de involucrar a la sociedad civil en el diseño de las políticas ambientales. Desde su punto de vista, este cambio contribuiría a que los ciudadanos reflejen sus propias necesidades y, por ende, a que dichas políticas tengan una mayor legitimidad y viabilidad.
Por otro lado, en el marco de la llamada «cuarta revolución tecnológica», en el libro se remarca que las tecnologías de la información están transformando las actividades laborales y económicas en todo el mundo. En su ensayo, Chong y Quiliche sugieren que las prestaciones de servicios de salud y educación no solo podrían mejorar a través de estas tecnologías, sino también generar oportunidades de inclusión social. Y Luna e Hidalgo sugieren lo mismo respecto a la lucha contra la violencia hacia las mujeres, para lo cual plantean el uso de plataformas de datos abiertos.
Así, la promesa republicana hoy podría tomar un rumbo más decidido gracias a los avances de la modernidad. Para ello, este libro ofrece una visión tan detallada como panorámica sobre los problemas y posibilidades del país. En ese sentido, los editores marcan un camino esperanzador a partir de un hecho concreto: apenas unas décadas atrás, nuestro mayor logro actual ―la estabilidad macroeconómica― era parte de nuestra lista de fracasos. Quizá de eso se trate el Bicentenario: un momento único para sacar lecciones del pasado, reflexionar el presente y encaminarnos hacia un futuro para todos.
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