En la Feria Internacional del Libro de Lima (FIL Lima 2022), se presentó el libro Integridad y corrupción. La ética en el ámbito universitario, de José Piedra Valdez, S.J., en el que aborda la cuestión del papel que desempeñan las universidades en la formación ética y genera propuestas prácticas para posibilitar su enseñanza. Los comentarios estuvieron a cargo de María Ángela Prialé, Eduardo Vega Luna y Miguel Polo.
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En la última década, Latinoamérica se ha visto envuelta en escándalos de corrupción, tanto en el sector público como en el privado, que han puesto en evidencia una gran crisis ética en la región. En este contexto, aparece la urgencia por analizar el rol de las universidades como instituciones formativas e identificar cuáles son los esfuerzos que, desde sus espacios, se pueden realizar para prevenir dicha problemática. El libro Integridad y corrupción. La ética en el ámbito universitario recoge esta perspectiva desde una preocupación por concientizar a las próximas generaciones sobre los compromisos éticos y la necesidad de tener el bien común como referente en el ejercicio profesional, según explicó su autor, José Piedra Valdez, S.J.
La enseñanza universitaria no solo se restringe a la transmisión de contenidos. También se ocupa de disponer los criterios sobre los cuales los futuros profesionales forjarán su futuro. Bajo esta premisa, Piedra Valdez, profesor de Teología y Ética en la Universidad del Pacífico, hace un análisis de los últimos casos de corrupción en megaproyectos de construcción en el Perú, como Lava Jato, Odebrecht y el Club de la Construcción. A partir de ello, presenta una propuesta didáctica para la enseñanza de la ética a los estudiantes, desde la cual se pueda combatir este mal social que alcanza a personas, instituciones y sectores del país.
En este diálogo, entre la reflexión y la aplicación práctica, es donde se presentan los principales aportes de la publicación. En consideración de Miguel Polo, profesor de filosofía de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, su importancia radica en que llega para cubrir el requerimiento de textos de ética pensados desde el contexto nacional para el profesorado en la materia, sobre todo porque, lamentablemente, persiste la corrupción a nivel institucional y empresarial. En esa misma línea, María Ángela Prialé, profesora de la Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad del Pacífico, destacó la utilidad del libro en la práctica pedagógica, especialmente en su propuesta de rutas o fundamentos formativos, afirmando que se trata de un texto «que no tiene símil en el Perú».
En líneas generales, el planteamiento de Integridad y corrupción. La ética en el ámbito universitario dirige su lectura hacia una interrogante central: ¿cuál es el compromiso de la universidad peruana en la lucha contra la corrupción? Para Eduardo Vega Luna, ex defensor del pueblo y exministro de Justicia, el silencio de un sector de estas instituciones respecto a graves episodios protagonizados por las más altas autoridades del país y dirigentes políticos refleja su ausencia o lejanía del tema. «Una universidad que no se conecta con los problemas de su entorno social, difícilmente puede aportar a la solución de sus problemas», remarcó.
Lo mismo se podría decir sobre algunas malas prácticas, como los plagios en la tesis o investigaciones académicas. A ello se suma la actitud de algunos congresistas y autoridades universitarias frente a acciones contra la calidad de la educación superior. Por estas razones, sostiene Vega, resulta necesario fortalecer, masificar y desarrollar la ruta de trabajo que presenta el libro.
Necesidad e implicancias de enseñar ética en las universidades
Debemos ser conscientes de que una actitud ética no se da de forma natural, sino que conlleva un compromiso personal que se construye sobre la base de la reflexión. La idea que acoge el libro es que, justamente, esto debe ser provocado por el formador en la práctica docente, invitando al individuo a decidir la realidad en la que quiere vivir, más allá de los marcos de justicia existentes.
Al respecto, en su participación, Prialé mencionó: «Lo que se busca es transmitir al estudiante la idea del bien, de la felicidad y el sentido de su existencia, sabiendo que la formación ética se realiza a lo largo de la vida. Enseñar ética no es decir qué está bien o qué está mal, sino ofrecer herramientas y recursos para que cada uno desarrolle un pensamiento crítico que le permita decidir qué es lo correcto e incorrecto en su proceder, teniendo como norte que lo principal es la búsqueda del bien común y que está en juego lo que entendemos por felicidad, lo que realmente valoramos».
Otro aspecto importante es que la enseñanza de la ética debe atenderse desde un compromiso con la coherencia. El maestro debe brindar el ejemplo desde la experiencia propia, siendo responsable con su vida y la de los demás. En ese sentido, Polo refirió que no se trata de que los docentes se asuman como «sabios morales», sino de reconocer que, partiendo de sus propias experiencias, el estudiante pueda pensar por sí mismo. «De ese modo, una clase de ética no es un espacio moralista, de transmisión de verdades inalterables en el tiempo, sino que sirve para pensar críticamente en las experiencias de vida para orientarse en el mundo», sostuvo. Asimismo, agregó que la formación no debe reducirse al curso, sino que debe continuar a lo largo de la historia académica profesional y personal del alumno.
La temática central de Integridad y corrupción. La ética en el ámbito universitario es el reto de innovar en la enseñanza de la ética en diversas carreras. En sus páginas, se profundiza sobre casos concretos para ayudar a desarrollar un pensamiento crítico y se detallan ocho metodologías para trabajar en el aula. No obstante, según el profesor Polo, más allá de solo aplicarlas, se debe presentar el sentido multidimensional que implica la experiencia ética para aprovechar este texto de manera adecuada, tanto en su aspecto teórico como en el práctico. El libro también presenta un riguroso recuento de la discusión y las acciones en otras universidades del mundo respecto a la formación universitaria de profesionales éticos y honestos.